
ay, si supieras música mía, cómo anda de ruidos la señora que sol mayor anochece; ay, si supieras, raíz del silencio, artefacto de desierto, mineral del sexo de una dama que calla al verse reflejada en un poema; ay, si supieras cómo ando ebrio de lugares que no existen, cómo voy juntando imágenes, como quería Whitman, y de repente; los premios literarios, los idiotas en la tv, los horarios de trabajo, los taxistas que repiten genocidios en voz alta. Ay, musiquita mía, si no supiera que hay otros mundos en este mundo, apenas podría con todos los idiomas que surgen en las ventanas, cuando la luna acoda su estocada, cuando el deseo se vuelve perezoso, cuando los viejos pescadores jubilan sus redes, y sólo queda ponerle nombre a las constelaciones que en tu espalda nunca durmieron
Pedro Patzer