12/29/2018

El país del Tantanakuy infantil, la resistencia cultural del mañana


por Pedro Patzer

Entre la publicidad que nos invita a ser un ladrillo más en la pared y la televisión que impide que averigüemos nuestros profundos silencios. Entre el conservatorio que señala la correcta manera de danzar, pero omite el origen humano de una danza. Entre chacareras y zambas creadas para triunfar en festivales. Entre tanta confusión, hallamos un encuentro donde los niños de los pequeños pueblos se asoman a su espejo interior y allí exhiben los tesoros que no figuran en los mapas oficiales, aunque éstos son la riqueza espiritual de la Argentina profunda. Me refiero al Tantanakuy infantil, encuentro e intercambio de miradas, tonos, coplas, huaynos, bailecitos, carnavalitos, poemas, que desde hace treinta años organiza Jaime Torres, este artista que supo comprender y desarrollar, con su charango, la sensibilidad del universo andino.
Así, tanto en Lozano como en Humahuaca, sedes del Tantanakuy infantil 2012, nos encontramos con cientos de changuitos y chinitas, de escuelas del Jujuy profundo. Cientos de almas que intercambiaron las vivencias musicales propias de la niñez puneña, quebradeña y vallista. Almas hijas de pastores y mineros, que traducen con charango, bombo, caja, zampoña, siku, el sentir de su querencia.
Con este espíritu la Orquesta Juvenil Música con Alas, integrada por niños de barrios humildes de San Salvador, con sus delantales como banderas de porvenir, interpretaron la obra de Vilca. Desfilaron escuelas con copleras y copleros, con elencos de danzas, con niños cantores, sumados a los talleres de circo (Grupo Electrógeno, Buenos Aires), teatro (Tres Tigres teatro, Córdoba), Canto con caja (la coplera Laura Peralta intercambiaba bagualas con los niños) , danza y alfarería, donde los jujeñitos hunden sus manitos en la cerámica hasta alcanzar hermosas ollitas. ¿Cuántas argentinas profundas se parecen a esas ollitas y cuántas argentinas banales en nada se parecen a ellas?
En el Tantanakuy infantil la idea del éxito no es el aplauso, el éxito está en pelear por conseguir la auténtica voz, la que permanecerá mañana. Así, encontramos a niños entonando coplas anónimas: "Esta cajita que toco tiene boca y sabe hablar, sólo le faltan los ojos para ayudarme a llorar" y poemas de autores jujeños como “Yo nunca fui un niño” de Fortunato Ramos: “Los años caminan y todo es lo mismo, /moti, sal con lechi son mis caramelos, /mi juguete un chivo o el perro ovejero, /poco tiempo tengo, pero no soy un niño.”
Hay niños que por esta experiencia comprenden que todo aquello que escondían, o de lo que se avergonzaban, todo eso que la colonización cultural indica como menor, o bárbaro, es la auténtica riqueza de sus vidas.
A Manolo Ríos, un niño de la quebrada de cuatro años, que con su bombo interpretó “El Humahuaqueño” le pregunté:
-“¿qué querés ser cuando seas grande?”.
-“Turista”, respondió sin dudarlo.
Y más allá del golpe por tal respuesta, pude ver que le realización de este encuentro es una apuesta a la resistencia cultural, porque al vivir el Tantanakuy infantil comprendí que el problema que tienen los funcionarios de cultura es que no entienden que la cultura no es algo que sólo habita en libros, museos, discos o cualquier formato o edificio inmóvil, pues la cultura anda caminando por desiertos y selvas, valles y punas, la cultura masca coca, cuida rebaños, entierra a sus muertos, cruza ríos, bebe chica, llora, ama, y muere. Es decir la cultura se apuna, se enamora, se enoja, se enferma, se cura, reza , insulta y muchas veces tiene hambre.

12/16/2018

Estación Quilmes

por Pedro Patzer


Siempre estaré esperando en el andén 2
a que el Roca llegue con todos los que fuí,
con todos los que pude haber sido,
con todos los que seré en las memorias ajenas,
que suelen ser nuestros espejos equivocados.
Mas nunca estaré solo en la estación de Quilmes ,
siempre habrá un guardapolvo del Normal como bandera de esperanza,
apólogos de jazmines,
peones que jamás eligieron este ajedrez ,
pescadores de milagros urbanos,
muchachas que podrían llamarse como todo lo que calla diciembre;
un hincha llorando porque Quilmes de nuevo se fue a la “B”;
estará mi madre tejiéndole escarpines al horizonte;
estará Churrinche, demostrando que la muerte es una limosna, que los ricos de espíritu no están dispuestos a aceptar;
estará Jorge Novak con el Padre Farinello recordándonos que el corazón no se alquila, y que Dios nunca se pone en venta;
estarán los Kilmes que fueron arrastrados desde los Valles Calchaquíes, ofreciéndonos sus cantos sagrados, en medio de tantos silencios malditos;
estará mi primo Car que fue asesinado, enseñándome de nuevo a descubrir lo que confiesa  la Sudestada.

Poema perteneciente a
" Cancionero del Tren Roca"

12/13/2018

El cometa errante

por Pedro Patzer

Mi corazón era un cometa errante,
un perro atorrante pidiéndole una caricia al fantasma,
un barco sin la mirada de Quinquela,
un circo rodante sin trapecistas que sueñan
con hacerse de una estrella,
un poeta huérfano de musas,
un camino sin profetas,
un tango que nadie silba en los insomnios,
una flor que no crece en el silencio del que espera,
un oleaje sin niñas cuenta olas,
un viento que nada confiesa ni revela,
un tren que no se enamora del puente.
Hasta que mi corazón aprendió lo que el minero:
la piedra preciosa sólo se halla en los profundidades.

12/05/2018

La llamada y la llama


por Pedro Patzer


Parece que el mundo intenta hacer de los jóvenes un bostezo,
los quiere desesperados detrás de la zanahoria,
anhelando trofeos que posiblemente sus corazones jamás desearon,
los invita a correr a toda velocidad, una carrera que no conduce a ninguna parte,
les inocula la palabra éxito, antes que la palabra vocación
y es que vocación tiene que ver con la llamada.
Y en tiempos de llamadas perdidas, la vocación es la llamada encontrada.
Llamada que se parece a llama. La llama que debe estar encendida para que el antorcha del ser venza a la oscuridad de los tiempos.

La cultura popular es el anticuerpo que siempre salva a la Argentina

por Pedro Patzer Aunque nos quieran convencer de que los ladrones de las melodías, de las vocaciones, de los más hermosos vínculos del human...