Preso de la hora en que los locos son felices,
y los filólogos nos comprenden
mis versos como cenizas de plegarias,
y hay campanas bajo las lluvias
y melancólicos amarillos que aspiran regresar
al ayer que nunca existió,
porque todos recordamos haber sido felices
en lo imposible,
y como eternos impostores del día
acechados por los cuerpos de ayer,
y los escombros de colores
que los ciegos han dejado,
entre la pólvora y el crucifijo,
huérfanos de la noche,
los dueños del hoy perecen
entre el silencio de los que ya nada esperan
y la milenaria música de los que desesperan.
y los filólogos nos comprenden
mis versos como cenizas de plegarias,
y hay campanas bajo las lluvias
y melancólicos amarillos que aspiran regresar
al ayer que nunca existió,
porque todos recordamos haber sido felices
en lo imposible,
y como eternos impostores del día
acechados por los cuerpos de ayer,
y los escombros de colores
que los ciegos han dejado,
entre la pólvora y el crucifijo,
huérfanos de la noche,
los dueños del hoy perecen
entre el silencio de los que ya nada esperan
y la milenaria música de los que desesperan.
PEDRO PATZER, OCTUBRE DE 2006
1 comentario:
Hermoso poema!!!!!!!
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