por Pedro Patzer
Hay un momento en el que se decide volver a nacer
Y se desoye al campeón y al profesor
Al santo siempre pulcro y al mapa inmóvil
A las fórmulas exactas de las eminencias
Y al cuaderno de notas del profeta.
Es el instante en el que las horas se hacen tus pasos
Y el horizonte, tu voz
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