por Pedro Patzer
Creo que el amor también es una misión:
le presta sus ojos extraordinarios al mundo ordinario,
desata su jardín, instala su valiente ternura,
sus ejercicios de inmortalidad,
en una parcela donde la mayoría de las cosas
nace para morir.
Amar nos hace artistas del sentimiento,
enemigos de todo lo que mata,
hermanos de todo lo que florece.
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