5/21/2020

Los trenes que perdimos

Los trenes que perdimos llegaron a lugares
donde nadie nos esperaba
como la palabra  amor en cartas documentos
o villancicos en la noche del ateo
entonces, no vale la pena
desatar la tristeza de los turistas
ni la certeza de los viejos campeones
es preferible cambiarse el nombre
y ser un visitante ilustre en nuestra propia duda
reír de la inutilidad de los corbatas
y de los oxidados trofeos en las vitrinas
dejar de confundir cacareo con plegaria
y ser de una buena vez
todo eso que miramos al cerrar los ojos

Pedro Patzer, borradores de cuarentena

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