por Pedro Patzer
Desde hacer un café, a componer un poema; desde
celebrar un amor, a una conversación con el vecino; desde un silencio entre
amigos, a una despedida irremediable; desde leer un libro a asistir al trabajo;
desde un nacimiento a alcanzar la cima del Aconcagua; desde un movimiento
político a un manifiesto artístico; desde un sí a un no; desde un recuerdo a un
gesto de porvenir; desde una peregrinación a una víspera; desde una clase
magistral a una ceremonia ancestral; desde una trompada a una caricia; desde
dos que se toman de la mano, al solitario que junta sus manos para orar. Si algo
carece de música, es falso.
1 comentario:
Calma de las fieras y remanso de las angustias. Viaje al corazón de las cosas, caricia que viaja del oído al alma. Eso y otras cosas, que tan bien enumerás y describís en tus palabras, es la música, amigo Pedro. Imposible concebir la existencia sin su amigable y desinteresada compañía... sí, la música es una amiga que reconforta y fortalece, cuántos momentos de felicidad y placer intransferibles le debemos! Y que bueno que alguien que de esto sabe y mucho, se ocupe de recordarlo!
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