Sí, hay que decirlo; hay que verbalizar paraísos y mares, ponerle palabra a lo imposible, ser un marinero del decir, elegir la vida, apagar lo temporal, encender lo inmortal, ser adicto al color del detalle, saber que una nave nos espera en algún puerto de la imaginación; prescindir de los chalecos de fuerza en la creación; sobrevivir a todo lo que dicen que es uno: algo nos espera, una llama misteriosa, un umbral desnudo, cerámica de una infancia que siempre está por comenzar en el amor; la belleza de alcanzar la música escondida, de bailar lo irreal, de vestirse de lo que desconocemos, acaso, no hay misterio más profundo que el “yo” perdido a mitad del otoño
Pedro Patzer
1 comentario:
Gostei de me passear por este blog, cujo autor anseia pela beleza em todas as suas formas e expressões.
Beijinho,
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