por Pedro Patzer
El problema no es que olvidemos que vamos a morir sino que no recordemos qué éramos antes de nacer. Me angustia más que se quiera explicarlo todo, a que haya cosas inexplicables, como la ciencia que le puso nombre al pájaro que los antiguos lo llamaron por su canto, o el hombre moderno que encerró en la jaula de la cultura a la bestia que el hombre prehistórico pintó en la caverna de la existencia humana.
La medicina jamás ha detectado un sol en lugar de corazón, sin embargo hay quienes laten auroras. La Historia no se refiere a los próceres interiores, pero hay quien sabe cerrar los ojos y mirar su propia historia. Para transformar el mundo el hombre necesita mirarse para dentro: el prójimo, el otro, la humanidad, el río, la montaña, el desierto, también se engendran en el corazón humano.
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