por Pedro Patzer
Siempre hay un policía que persigue a Chaplin,
Un juez que manda a prisión a Óscar Wilde,
un indiferente que no acude al llamado desesperado de Alejandra Pizarnik.
Sin embargo nadie recuerda el nombre del policía que acechaba a Chaplin, del juez que mandó a Wilde a prisión, del que no contestaba los llamados desesperados de Pizarnik.
La obra es la memoria de los dioses que practican los humanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario