La poesía nos elige, nos salva del esquema de paraisos perdidos, de mujeres que repiten silencios en el mismo nombre, nos rescata del pequeño crimen cotidiano del espíritu, nos ayuda a danzar bajo esta tempestad en la que todo pareciera funcionar bien. A veces pareciera que a la gente, tuviesen que avisarles, que nos vamos a morir de todas maneras, que se dejen de joder, de ver al cielo como mineros en la noche de su mediodía, nuestra disputa vuelve a ser el SER. Nuestro Cristo regresa en Hamlet, que mira una calavera a los ojos y le pregunta cuál es el destino de la pasión humana. Tenemos a favor el otoño en Buenos Aires, los libros y cafés que nos esperan.
Pedro Patzer - pequeño borrador - 27 de marzo de 2006
SOY PEDRO PATZER. ARGENTINO, LATINOAMERICANO! MI ABUELO VINO EN UN BARCO PERO YO VENGO DE MÁS LEJOS,MI DESTINO ES LA PACHAMAMA
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