4/04/2012

SI PUDIERA LLAMARME





Si pudiera llamarme
por Pedro Patzer*
 
“El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo." - escribió Gabriel García Márquez.
Tal vez deba alcanzar el nombre de todo: llamarme como el desconocido pájaro que tantas veces escuchan cantar, por las noches, los locos del pabellón; o tener el nombre de la llave mágica, que el humilde cerrajero intenta inventar: llave que desnude los zaguanes de los palacios donde nunca fuimos invitados (palacios que tal vez no existan) llaves que nos faciliten el rescate de todos los rostros que fueron encarcelados en los retratos, que permanecen cautivos en museos donde el bostezo ha fundado imperios; si pudiera tener el nombre de la hierba que crece en la vías abandonadas, porque esa hierba es el ejercicio de lo eterno; si pudiera llamarme como los amigos invisibles de cada niño, y los espectros que hacen bochinche en el silencio del anciano. Si pudiera tener el nombre de los atletas que alcanzan las cimas de los silencios de los yoguis, y de las misteriosas luciérnagas que anidan en los bandoneones.
Si pudiera llamarme como el vagón que agoniza en los talleres ferroviarios, porque él consiguió alcanzar el nombre de una nostalgia que sólo se hace con telaraña de ángel y milagro de hombre, una nostalgia del moribundo rezando por la agonía secreta de la enfermera
Si pudiera tener el nombre de amarillo de los viejos libros (ese sol que ha forjado la aurora de tantas almas) y llamarme como el óxido del barco (que jamás llevó arpones para cazar hermosas sirenas), tener el nombre del espejismo que en el desierto de la ciudad, cree hallar, el desesperado transeúnte. Si pudiera llamarme como los días que el preso tacha en la pared de la celda, y como los boletos de ida, que los adolescentes sacan para visitar el país de la utopía (país de donde sus padres se exiliaron, cuando eligieron acatar el himno del rebaño)
Si pudiera llamarme como lo que escribo, como lo que sueño, como lo que amo, seguramente tendría el nombre que tengo, el nombre que la vida me confirma a cada paso.

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