10/31/2012

Los Soñadores!





Los Soñadores 
por Pedro Patzer*
 
 
Por la realidad luchamos, por los sueños vivimos. Por el mundo resistimos, por la vida soñamos.
Los caminos no comienzan sin sueños; sin sueños los horizontes sólo serían meras murallas y sin soñadores el mundo sólo sería lo que dicen los diarios. Sin soñadores no habría genios en la lámpara ,ni los árboles tendrían futuro de guitarras, sin soñadores las orillas no se amarían hasta parir el puente y las estrellas sólo serían piedras perdidas en el cielo.
Sin su constitución de sueños el alma sería algo que las radiografías podrían detectar y un objeto que los economistas podrían cotizar. Se iniciaría el mercado negro de almas, aunque el alma no se deja numerar, ni siquiera que se le ponga nombre, porque el alma es hija de lo innombrable, como el amor, como la muerte, como la vida.
La infancia es una semilla que surge en el adulto en forma de sueño. El sueño es el embrión del espíritu. El sueño nos ayuda a dejar atrás la máquina y el animal, y nos conduce hacia la canción de adentro. Curiosamente la canción interior se consigue en el silencio, pues el sueño es la obra de arte del silencio, aunque también el sueño es la obra de arte de la realidad. Es decir, la realidad se supera con un sueño. Sólo en la adversidad se comprueba lo divino que puede ser un sueño humano, el sueño es el primer milagro humano. ¿Cuántos soñadores ha dado la sequía, cuántos la inundación? ¿Cuántos poemas escritos en los calabozos del mundo, cuántas canciones creadas en el tenso silencio de las guerras? ¿Cuántas luminosas pinturas urdidas en tiempos de oscuridad?
Un pueblo sin sueños podría llamarse como sus soledades, pues cada sueño de aldea crea una nueva galaxia. Porque un sueño de solitario puede liberar a multitudes, pero las multitudes esclavas jamás pueden oprimir a un soñador solitario. Un hombre es grande, conforme el tamaño de su sueño, el sueño es la escuela de la integridad humana, el faro que nos guía en el océano de la existencia.
El sueño nos enseña que el corazón del hombre es un aurora latente que debe ensayar nuevos amaneceres

10/15/2012

El Silencio de mi Madre

El Silencio de mi Madre 
por Pedro Patzer*
 
Podría leer todos los ensayos de poesía, ponerme al día con Platón y con los historiadores de arte, pero jamás conseguiría lo que mi madre en su silencio. Porque mi madre aprendió todo lo que pretende el viento cuando hace de la camisita tendida, una bandera de la patria de las terrazas del barrio. Porque en el silencio de mi madre el traqueteo del tren de los que resisten, y el himno de las hamacas en los parques, en su silencio la ronda de los niños cósmicos y los astronautas de la ternura que sueñan con conquistar, definitivamente, el corazón humano. Porque en el silencio de mi madre habitan todos los perdones que el mundo y yo no nos hemos ofrecido, y los innumerables mundos que son posibles en este mundo. Porque el silencio de mi madre es el templo sin mercaderes, el río donde el pescador pobre consigue su pez dorado, porque en el silencio de mi madre se practica la única religión que libera al hombre: la bondad.
Allí, en esa cima del espíritu que es el silencio de mi madre el pan no se vende ni se compra, y el horizonte no se alambra, y la ternura es el idioma oficial de las miradas, porque en el silencio de mi madre se aprende a ser rico con las manos vacías, porque allí, en ese paisaje de Dios que es el silencio de mi madre, nacen mis palabras.  

La cultura popular es el anticuerpo que siempre salva a la Argentina

por Pedro Patzer Aunque nos quieran convencer de que los ladrones de las melodías, de las vocaciones, de los más hermosos vínculos del human...