Cierta vez ví a un hombre que arrastraba su maletín como quien empuja al mundo,
no sé por qué sospeché que dentro llevaba los pájaros que los niños dibujan y que la ornitología no consigue clasificar,
los cantos de sirenas que nadie escucha
y se transforman en bostezos oceánicos,
los billetes de lotería que hubieran hecho millonarios a todos los que murieron en la pobreza,
una carta documento escrita con amor,
el plano del avión que en vez de lanzar bombas, suelta panes,
la partitura de la gran canción que jamás encontraron los corazones sin música.
Hay miradas que son como el maletín que arrastra ese hombre desconocido,
el trombón de la banda militar suena como si fuera la voz del maletín que arrastra ese hombre desconocido,
los frutos que caen y nadie recoge huelen como el maletín que arrastra ese hombre desconocido,
la máquina de escribir en la casa de antigüedades dice todo lo que calla el maletín que arrastra aquel hombre desconocido,
el espejo donde nunca se mira el soberbio refleja en vano los colores del maletín que arrastra ese hombre desconocido,
el fantasma de lo que no fuimos se hospeda en el maletín que arrastra el hombre desconocido,
la poesia que buscamos toda la vida está escrita en el maletín que arrastra aquel hombre desconocido.
Pedro Patzer, abril 2019
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