10/10/2007

Julio Fumando

¿Qué cosas mirabas, querido Julio Cortázar, mientras sostenías en tus labios blanco y negro, un cigarrillo? ¿Acaso mirabas el mundo que no fue, o el mundo que fue (sólo en los sueños de los hombres)? ¿Qué cosas mirabas Julio, cuáles fueron tus juguetes trágicos, tus jazmines de suicidas, tus brújulas íntimas de Cronopio perdido en un cuerpo? ¿Sabrás Julio, mientras me miras con tu insolente ternura, que cada vez te hacés más joven mañana, que cada vez sos más pibe en la memoria?


Pedro Patzer. A orillas de Cortázar

2 comentarios:

Sonia Betancort dijo...

Correr hacia las palabras de Julio como Julio corría hacia el jazz. Correr hacia la perfección de una tiza que dibuja en el suelo un mandala escalonado. Correr hacia Julio. Hacia sus bolsillos de camisa sin relojes. Hacia sus zapatos de tren subterráneo, hacia su presencia de cielo claro. Correr hacia la palabra como Julio amaba, como Julio grababa su voz en un viejo nictógrafo. Ganarle al insomnio con la calma de Julio. Viajar con la brújula de las palabras de Julio. Zen de Buenos Aires. Enormísimo cronopio.

Gracias por tu recuerdo, Pedro.

Sonia

Anónimo dijo...

Y si escribiò este poema cuando terminò de leer la mirada ausente y el cigarrillo?

SIEMPRE EMPEZÓ A LLOVER

Siempre empezó a llover
en la mitad de la película,
la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos.

Creo que lo sabías
y que favoreciste la desgracia.
Siempre olvidé el paraguas
antes de ir a buscarte,
el restaurante estaba lleno
y voceaban la guerra en las esquinas.

Fui una letra de tango
para tu indiferente melodía.
J.Cortazar.


Agur. Piruxa.

Los adioses

Por Pedro Patzer Escribo adioses, así en plural, como quien dice gaviotas, como si todos las despedidas fueran iguales, como si nos pudiéram...