Leo en este planeta, lo que escribí en otro universo
Y como siempre las letras de lluvia, los jardines del más allá,
El niño que en sus manos acaricia al arco iris muerto,
Me entran ganas de ser un polizón en aquel viejo canto,
De ser una luz en el color que Homero pintó en su ceguera,
De ser el manifiesto de la flor, el hambre de lo desierto
Y sin embargo qué es lo que vale la pena,
Mi niño sigue corriendo en su antigua infancia,
Los trenes a ninguna parte siguen recorriendo el mismo sendero,
Los profesores quedaron en aquella incomprensión,
Mi templo vacío, el beso seco, y Lorca siempre Lorca
Ahora me veo, escribiendo posdatas sobre cartas que nunca llegaron,
Y comprendo que mi destino es el poema
Y como siempre las letras de lluvia, los jardines del más allá,
El niño que en sus manos acaricia al arco iris muerto,
Me entran ganas de ser un polizón en aquel viejo canto,
De ser una luz en el color que Homero pintó en su ceguera,
De ser el manifiesto de la flor, el hambre de lo desierto
Y sin embargo qué es lo que vale la pena,
Mi niño sigue corriendo en su antigua infancia,
Los trenes a ninguna parte siguen recorriendo el mismo sendero,
Los profesores quedaron en aquella incomprensión,
Mi templo vacío, el beso seco, y Lorca siempre Lorca
Ahora me veo, escribiendo posdatas sobre cartas que nunca llegaron,
Y comprendo que mi destino es el poema
Pedro Patzer
1 comentario:
Si leo y me gusta dejo mi sensación escrita, nunca lo hago por obligación o buscando ser retribuido con los mismo. Me alegro de haber estado aquí, caminito por el que me internaré de vez en cuando para gratificarme con tu inspiración. Gracias.
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