11/23/2009

BALADA DE LOS COMENTARISTAS ANONIMOS


Los comentaristas anónimos sugieren/ que para construir un alma sólo hace falta un diccionario de sepias palabras/Cuánto dolor que nunca alcanza la rima /Cuánta pereza del sabio que no despierta/ Entre lo correcto y el lugar común, tu vida siempre el mismo equipaje/ el mismo corazón de réquiem/ y aunque te desnudes/ jamás alcanzarás la piel de la quintaesencia/QUINTAESENCIA

¿Pues cómo uno no va a tener clemencia ante semejante fantasma? – uff!!! Fantasma, otra palabra citada/ “Existe un mutilado, no de un combate, sino de un abrazo” escribió Vallejo/ a quien te recomiendo que leas, cuando el lúgubre canto de tu odio, te invite al encanto de la crítica y confundas la manzana prohibida con tu flamante incorporación a la policía metafísica /POLICÍA METAFÍSICA

me alegro que mis palabras te llamen a escribir/ es tiempo de que desempolves la canción rota y la telaraña del pentagrama y el musgo de la estatua de tu creación/
hay un mar equivocado en cada odio/ algo así como el mapa del mundo que contempla/ el inmóvil profesor de geografía

Pedro Patzer

2 comentarios:

pedro patzer dijo...

El erizo era feo y lo sabía. Por eso vivía en sitios apartados, en matorrales sombríos, sin hablar con nadie, siempre solitario y taciturno, siempre triste, él, que en realidad tenía un carácter alegre y gustaba de la compañía de los demás. Sólo se atrevía a salir a altas horas de la noche y, si entonces oía pasos, rápidamente erizaba sus púas y se convertía en una bola para ocultar su rubor.
Una vez alguien encontró una esfera híspida, ese tremendo alfiletero. En lugar de rociarlo con agua o arrojarle humo –como aconsejan los libros de zoología-, tomó una sarta de perlas, un racimo de uvas de cristal, piedras preciosas, o quizá falsas, cascabeles, dos o tres lentejuelas, varias luciérnagas, un dije de oro, flores de nácar y de terciopelo, mariposas artificiales, un coral, una pluma y un botón, y los fue enhebrando en cada una de las agujas del erizo, hasta transformar a aquella criatura desagradable en un animal fabuloso.
Todos acudieron a contemplarlo. Según quién lo mirase, semejaba la corona de un emperador bizantino, un fragmento de la cola del Pájaro Roc o, si las luciérnagas se encendían, el fanal de una góndola empavesada para la fiesta del Bucentauro, o, si lo miraba algún envidioso, un bufón.
El erizo escuchaba las voces, las exclamaciones, los aplausos, y lloraba de felicidad. Pero no se atrevía a moverse por temor de que se le desprendiera aquel ropaje miliunanochesco. Así permaneció durante todo el verano. Cuando llegaron los primeros fríos, había muerto de hambre y de sed. Pero seguía hermoso.
La inmolación por la belleza. Marco Denevi (Micro-cuento)

pedro patzer dijo...

NADA SATISFACE AL RESENTIDO

Jesús ama tiernamente a Judas. Lo elige como uno de sus discípulos. Judas tuerce la boca,
piensa: "Por algo me eligió. Algún interés esconde". Jesús lo nombra tesorero de los
apóstoles. Judas masculla: "Me nombra tesorero para tenerme todo el día ocupado mientras
él se luce haciendo milagros". Jesús le permite que haga dos o tres milagros. Judas le
contesta que él no tiene por qué imitar a nadie. Judas anda con el ceño fruncido y la cara
desencajada en una mueca de mal humor. Nada le cae bien. Todo es un pretexto para
desencadenar interminables discusiones. La popularidad de Jesús lo irrita. Finge temer por
su suerte y le aconseja desistir de su campaña de agitación social, pero lo que busca es
sabotearlo. En vista de que Jesús sigue haciendo proselitismo lo denuncia a la autoridad con
la excusa de que así lo salva de males mayores. Cuando Jesús resucita, Judas no aguanta
más y se suicida.

Marco Denevi

Los adioses

Por Pedro Patzer Escribo adioses, así en plural, como quien dice gaviotas, como si todos las despedidas fueran iguales, como si nos pudiéram...