6/02/2017

Un Fernando hecho de muchos fernandos

por Pedro Patzer
                                                                                                               

El poeta más importante de Portugal, también se llamaba Fernando, Fernando Pessoa y tenía como característica principal el uso de heterónimos, identidades poéticas para cada visión del mundo. De modo que Pessoa firmaba como Álvaro Campos sus poemas colmados de saudade, como Ricardo Reis sus versos neoclásicos, y como Alberto Caeiro, sus estrofas más escépticas, entre tantas otras identidades literarias que el Fernando de Lisboa se inventó.  
                   Del mismo modo, el Fernando rioplatense, nuestro Fernando Peña tuvo muchas vidas por cada uno de sus personajes. Fernando tuvo una vida como cheto de doble apellido, un tal Rivoira Lynch, y una vida como Sánchez, el linyera; Peña tuvo una vida como Dick Alfredo, locutor de un programa frívolo, y una vida como Pepe, el sepulturero. Fernando tuvo una vida como Rafael Orestes Porelorti, político corrupto y una vida como diva radial cubana, Milagritos López – la que enamoró en un vuelo a Lalo Mir – Peña tuvo una vida como Mario Modesto Sabino, el viejo protestón, pero también tuvo una vida como el cliente que en el teatro dialogaba con una prostituta, y tuvo una vida como el artista que denunciaba en escena la “Mugre” del mundo, y una vida como René, el personaje de Sol Negro; y una vida como el hijo de Pepe Peña, comentarista de fútbol, y de la actriz  María José Malena Mendizábal; y una vida como el joven entrevistado que irrumpió en la tv para decir que tenía HIV y que "La gente que vive apasionada muere joven”, una vida hecha de tantas vidas que él decidió llamarla:  “La esquizopeña”
Es injusto decir que Peña se fue a los 46 años, porque si sumamos las edades de Dick Alfredo, Mario Modesto Sabino, Martín Rivoira Lynch, Milagritos López, Rafael Orestes Porelorti, La Mega; las edades del artista que hacía declaraciones para despertar a los corazones anestesiados, el artista que quería devorarse a la vida de un sorbo, debiéramos concluir que Fernando vivió más de 500 años, porque Peña logró alcanzar la edad que muy pocos alcanzan: la edad de (todas las voces) de sus sueños. 

1 comentario:

silvia bruno dijo...

Sos genial Pedro Patzer. Te admiiro. Y admiro la vida del no tan reconocido Fernando Peña

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