5/10/2006

BUEN DÍA, DÍA

Buen día – dije
Y la señora comenzó a gritar: “estábamos hablando y nos interrumpiste”
Y es cierto, le dije; estaban en ese diálogo que bien enseñan las instituciones, esa conversación con la nada, eso que nos convierte en criaturas que sólo debemos ser lo que supuestamente hacemos.
No es apropiado decir buen día, en un ámbito donde las malas caras y las palabras siempre se dirigen hacia otro lugar, a ese espanto que alimenta desiertos en la percepción y túneles oscuros en el corazón.
Sólo le dije, a la señora que continuaba gritando y, cada vez en un tono más elevado: “Señora, usted está acostumbrada al maltrato, a usted la hace feliz que la traten mal”
Y es verdad, esta señora, hace mil horas extras en la náusea, le toma aprecio a las peores cosas, se encariña con esas autoridades que le allanan el atajo hacia el abismo, porque ella fue educada en esa tiniebla que fácilmente puede palpar. Y yo, vine a decirle buen día, a preguntarle cuánto hace que nadie le regala flores, algo tan simple, y de alguna manera, algo que pertenece a cualquier lugar común de esta convivencia con el mundo.
En fin, interiormente pienso – pero no esta bien que me conforme. Entonces, encerrado en mi oficina, a punto de empezar a escribir la tarea diaria, comencé a llorar, sólo para ver como se mojan las palabras que el mundo no nos permite decir.

pedro patzer

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen día Pedro!!

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