
Corazón, vidrio de la catedral de la brisa
que en la dársena del poniente espera
a que el barquito naranja entregue las últimas armas del sol,
las elegantes exequias del día,
Corazón, te han educado bajo el arrecife de lo real,
Y tu capricho de abismo, tu río humano surge otra vez
desde el caudal del misterio y la ternura,
Corazón, el mundo a veces sucede en lo que soñamos
Y eso también es la verdad como la niñez que sigue
aconteciendo en las campanas
Pedro Patzer
1 comentario:
si, los sueños muchas veces son un arma que jaquea la realidad, con ellos lo imposible es posible. al emcontrarte desafió la realidad y su sueño lo guió, mas el limite lo pusiste vos.
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