9/06/2011

LA TABLA DEL NÁUFRAGO

Creía que sabía bastante de poesía, que estaba aprendiendo algo de los secretos de la vida, que ya no me dolería tanto la vieja historia de abismos y soledades humanas, pensaba eso, y muchas otras cosas que suele dictar la arrogancia propia de intentar domesticar la canción salvaje (de adentro). Hasta que el poeta Edgar Morisoli me recibió en su casa de Santa Rosa, y me hablo del náufrago y su tabla


¿Cómo es la tabla del náufrago? ¿cuántas son las tablas, y cuántos son los náufragos? ¿A qué tablas y a qué naufragios se refiere Morisoli? ¿Qué naufragio ha contemplado el poeta, a mitad de la Pampa? ¿Qué tabla puede rescatar al náufrago de llanuras? ¿Que mar secreto arroja a la odisea al náufrago del horizonte?

Morisoli entiende la poesía como tabla del náufrago, acaso la imaginación ante la pobreza del realismo, acaso la esperanza del vencido, el silencio del derrotado, por eso dice: “Poesía, tabla del náufrago, errante providencia que el azar de las olas, arrima a tu orfandad”

¿Cómo un hombre venido del desierto, puede poblar el lenguaje de tanta vida? - me pregunto yo, que vivo entre pasajeros de ascensores y teóricos de la comunciación social, que moran en ciudades pero que no hacen más que ser los reyes midas del desierto (todo lo que tocan lo llenan de desierto) ¿Acaso la vida yerra por el desierto, peregrina por el lenguaje hosco del caldén, por los atardeceres de llanura que no son contemplados por nadie?

“Ciñete a ese madero/ que pasa, no permitas que se aleje” – reza Edgar Morisoli, rogando que el náufrago abrace la tabla, que el poeta estreche su destino al poema, que el devoto se aferre a su Dios; que el cartógrafo a sus mapas, que el oficinista a sus vacaciones (donde aprovecha para escalar cerros, emborracharse y leer el último best seller, creyendo que en esos quince días autorizados por el jefe de recursos humanos de la empresa en que trabaja, cambiará su vida gris)


La poética pampaena de Edgar Moriselli está poblada de páramos, caldenes, rios enlutados, himnos de arena, sombras, memorias del oeste y pájaros, pájaros como la diuca (pájaro que canta antes del amanecer, pájaro que con su canto hace amanecer)

La palabra de Moriseli está colmada de sal, vientos, humo de otoño, arena, barro , silencio alfarero y poblada de personajes como el baqueano Simón Peletey; Ofelia la paisana (más conocida como Ofelia del oeste); la abuela Maica (siempre acompañada de su pena, cruzando la arena del viejo salar) y Patrolina Pérez (la que de sus amores fue cautiva).

Sin embargo lo que más caracteriza a la poesía de Morisoli, es su nostalgia por el otro mar. ¿Cómo un poeta de la Pampa va tener arrullos de mar? Sí, la poesía de Edgar Morisoli (nacido por primera vez en Santa Fe y por segunda y definitivamente en La Pampa) tiene nostalgia del otro mar, tal vez del mar de ayer, quizás del océano de mañana, el que siempre está por llegar a La Pampa.

Porque si bien dicen que la Pampa es un viejo mar, les aseguro que después de leer la poesía de Edgar Morisoli, La Pampa se vuelve el mar que siempre está por llegar.

Pedro Patzer

1 comentario:

andres alvarado dijo...

tremendas palabras. la poesía como tabla del náufrago, el poeta mirando para arriba en la ciudad, percibiendo los relámpagos en la oscuridad.
un gran saludo.

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