Nos llenan de pestes, nos
condenan a ser contemporáneos del fin del mundo.
Nos informan que un puñado
posee la fortuna material del planeta, y que
por esa gente hieren las
montañas, envenenan los ríos y matan las selvas.
Mientras sus diarios, sus tevés
, sus museos, sus equipos de fútbol, sus héroes multimedia, nos
enseñan de qué se trata la vida.
Al ciego Borges le gustaba
recordar que Demócrito de Abdera, se arrancó los ojos para pensar
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