12/07/2010

Entre La Matanza y Santos Lugares

Entre La Matanza y Santos Lugares
Por Pedro Patzer
Entre la rebanada de pan y las manos vacías; entre el primer alarido de recién nacido y el último suspiro del moribundo; entre el tren desperezando caminos y los días del inmóvil; entre la misma lluvia que contempla el niño y el anciano; entre el perro buscando el otro hueso y el hombre domesticado; entre el desierto y las flores artificiales ; entre el trámite y el milagro; entre los que cuentan astros y los que en los hipódromos juntan las monedas de su agonía; entre los que construyen ataúdes y los que hacen naves; entre los que se creyeron su nombre y los que aprendieron a llamarse como lo que los asombra; entre escribanos de los testamentos y poetas de los manifiestos; entre los que propagan la peste y los que esparcen la semilla; entre los que redactan el manual de la vida y los que viven (como el corazón manda); entre los que en la madera hallan fuego y los que encuentran la guitarra; entre los que estudian la lección y los que hacen la Historia; entre los que callan la aurora y los que transcriben la partitura del pájaro; entre los que se atan al mástil y los que se dejan enloquecer por el canto de las vidaleras; entre los que se creen del tercer mundo y los que a diario conquistan un nuevo mundo; entre los que niegan el día y los que se embriagan con rocío; entre los escépticos del lengua y los que siguen rezando coplas; entre los manjares crepusculares de los mendigos y el hambre nocturno de los ricos; entre los que cantan para el éxito y los que cantan para no morir; entre el Diablo del carnaval y el Dios de los cerros; entre el Pampero y el Zonda; entre la congoja de la tonada y la nostalgia del tango; entre los tesoros que el mariscador recoge a orillas del Paraná y los residuos del mundo que el cartonero junta en la calle Florida; entre la barbarie civilizadora de Sarmiento y la mazorca de Rosas; entre los caídos y los que viven de pie; entre las catedrales y las salamancas; entre los burdeles y los museos; entre los niños que repiten las tablas de multiplicar y las rezadoras que entonan alabanzas; entre el chagas y el latir del legüero; entre el romance del río seco y el cancionero de los inundados; entre los corredores de bolsa y los pibes que militan en la villa; entre La Matanza y Santos Lugar

1 comentario:

www.narrativaradial.com dijo...

¡Que vivan los radialistas apasionados ungidos por los dioses del Olimpo... y alimentados del néctar poético del Diablo!

Abrazo utopista, compañero.

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